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Primeros pasos en la observación astronómica


La Astronomía se puede abordar desde muchos puntos de vista: desde los que dedican a ella su vida profesional a los que acceden, a veces por casualidad, a una actividad divulgativa pasando por los que la consideran una afición interesante.

Para aquellos que nunca han tenido contacto con esta afición resulta algo difícil saber que es lo que tendrían que hacer para empezar a explorar el cielo nocturno. A primera vista el asunto no es tan sencillo; ¿desde donde observar?,¿que material se necesita?¿como diferenciar la inmensidad de estrellas del cielo nocturno?

Esta charla está destinada a sugerir algunas ideas que puedan ayudar a personas que se encuentren algo desorientadas para que se animen a intentar por si mismos realizar observaciones nocturnas que aumenten su interés y justifiquen el esfuerzo realizado.

Para ello proponemos un plan en dos partes: preparativos en casa en algún día anterior a la observación y procedimiento en el lugar elegido la noche en cuestión. La preparación hace que la observación sea más cómoda y el resultado más satisfactorio, y pensar de antemano la forma de actuar en el lugar de observación hace que se avance mucho en una sola noche.

Una lista como esta puede ser un ejemplo de como preparar la observación; cada cual debería añadir o quitar lo que considerara más adecuado de acuerdo con sus primeras experiencias. Escoger el lugar adecuado es importante porque la orografia puede alterar considerablemente la calidad de la observación. Para las primeras veces conviene ir cerca de la puesta de Sol y no estar demasiado tiempo; lo primero nos puede ayudar a orientarnos geográficamente y lo segundo evitar un cansancio o frio innecesario.

La Meteorología merece un capítulo aparte puesto que las condiciones locales en cada lugar de obsdervación sólo se pueden conocer con la experiencia; no es infrecuente que lugares no muy alejados tengan cielos muy distintos la misma noche.

En Canarias en particular, el fenómeno de los vientos alisios y el consecuente mar de nubes en las laderas noreste deben ser tenidos en cuenta para planear una observación nocturna. Ese mar de nubes se situa entre los 600 y los 1500 metros de altura aproximadamente, tendiendo al límite superior en invierno y al inferior en verano. El cielo que se observa sobre el mar de nubes es especialmente transparente y está parcialmente protegido de la contaminación lumínica por las nubes más bajas.

En lo posible hay que intentar escoger lugares protegidos del viento que siempre creará problemas ópticos y reduce la temperatura aparente, lo que puede hacer algo desagradable la observación.

Para poder estar cierto tiempo al aire libre de noche es conveniente preparar algunas cosas que mejoren la comodidad. Ropa de abrigo suficiente y algo de comer y beber, preferentemente caliente, ayudan mucho.

Se puede facilitar más aún las cosas si llevamos una silla plegable en vez de tumbarnos en el suelo y tampoco es mala idea una linterna con luz roja que no nos deslumbre.

Finalmente hay que planificar lo que vamos a ver. Mediante guias de campo o con páginas web en Internet tendríamos que hacer una pequeña lista de lo que se puede observar desde nuestro lugar elegido a la fecha y hora prevista. Las efemérides son tablas donde se presentan los acontecimientos astronómicos de cada día (el significado en griego de efeméridesd es diario)y no son difíciles de encontrar en Internet.

Habría que averigüar la hora a la que se pone el Sol para decidir la hora de comienzo de la observación; normalmente una hora después de ponerse el Sol el cielo está suficientemente oscuro para empezar. En cada época del año hay constelaciones distintas y distintos planetas; es conveniente ver algún dibujo del aspecto que tendrá el cielo esa noche e intentar saber en que zona estarán los planetas visibles.

Con toda esta preparación podemos ya comenzar la parte práctica de la observación: la salida nocturna.

Lo primero es intentar orientarse para saber donde está el norte. Si llegamos a tiempo de ver por donde se pone el Sol podemos averiguar aproximadamente donde esta el oeste. Algo más tarde podemos buscar la estrella Polar (en el hemisferio norte) para saber donde está el norte.

Con esta información adquiere significado el mapa estelar que consultamos en la preparación de la observación. Para identificar constelaciones a partir de una conocida hay que hacer alineaciones, es decir, trazar lineas imaginarias en el cielo que, pasando por dos estrellas conocidas, nos lleven a una nueva. Así, poco a poco, podremos ir relacionando unas constelaciones con otras de manera que las podamos reconocer facilmente en noches sucesivas.

Si esa noche se pueden ver planetas los buscaremos sobre las constelaciones que vimos en la preparación. Se distinguen porque normalmente presentarán mayor brillo que las estrellas que los rodean. Habría que identificar también la Via Láctea -nuestra galaxia- que vemos desde nuestro planeta como una nube blanquecina que atraviesa el cielo. Con un telescopio se comprueba que la aparente blancura de esa nube es en realidad una cantidad enorme de estrellas que, a simple vista, no pueden separarse individualmente.

Se pueden buscar algunos otros objetos brillantes como meteoritos que entren en nuestra atmósfera brillando por unos instantes pero quizás conviene repetir la experiencia otra noche en vez de insistir demasiado tiempo las primeras veces.

Al día siguiente podemos comprobar con nuestras guias o planos obtenidos en internet las posiciones observadas de estrellas y planetas comenzando a formar en nuestra imaginación un mapa estelar conocido que nos acompañará de ahora en adelante en todas nuestras salidas nocturnas.